Outliers - Ana Rodriguez
Outliers
El día que declararon pandemia en México fue el último día que pude entrar a un quirófano. El último día que fui a la escuela y a partir de ahí deje todo lo que amaba, fue un momento muy difícil y sin motivación hasta que encontré otras oportunidades.
Soy Ana Rodríguez y participó en la investigación de nuevos tratamientos para el cáncer cerebral dentro del laboratorio Ballester-Esquenazi en Texas.
Mi historia en el Tec se remonta desde el 2016 al entrar a secundaria. Después estudié en Prepa Tec y actualmente estudio la carrera de Médico Cirujano. La razón por la que decidí estudiar medicina fue porque desde antes de que naciera los doctores salvaron mi vida. Fui un bebe de seis meses, luego tuve varios accidentes y problemas en la sangre, por los que tuve mucho contacto con estas personas que constantemente hacían todo lo que estaba en sus manos para salvarme la vida.
Más tarde decreté que yo quería ser como esas personas, yo quiero salvar la vida de alguien más, como ellos salvaron la mía.
Mi pasión creció tanto que desde la primera semana busqué hacer más. Así fue que encontré al que ahora es mi mentor; el Dr. Enrique Cano, quien me inspiró y por el cual ahora sé que mi especialidad es neurocirugía. Después de muchos intentos de contactarlo en el hospital logré hacer una cita con él y me convertí en su becaria, asistía a cirugías y presentaba casos. Vivía mi sueño.
Cuando llegó la pandemia todo esto se terminó de un día para otro. Fue un momento muy difícil para mí pues tuve que dejar de hacer todo lo que me apasiona. Dejé de hacer lo que físicamente sólo podía hacer en Monterrey, me sentía desmotivada. Hasta que decidí hacer algo al respecto y fue como se me ocurrió “Young Neurosurgeons Committee Webinar Series”; un webinar que nació de la idea de hacer talleres virtuales con los mejores
neurocirujanos y doctores. Para lograrlo, hablé con el Tec y con la Asociación Americana de Neurocirujanos.
Eventualmente me contactó el jefe del grupo Young Neurosurgeons diciéndome que le interesaba mi idea, y la verdad es que nunca pensé que se iba convertir en lo que se convirtió, ahora es un proyecto que tiene a más de 44 países involucrados, estudiantes de todo el mundo participan generando miles de visitas en vivo y en YouTube.
A raíz de este proyecto, se me ocurrieron más ideas y hablé con uno de los jefes, el Dr. Moucurgi, en mi mente esta idea curaría el cáncer, él me recomendó con el Dr. Yoshua Esquenazi en Houston. Le presenté mi plan y aunque no le gustó, me contestó que quería colaborar conmigo por mi iniciativa y que quería que trabajara con ellos en otro proyecto. Así llegué al laboratorio Ballester-Esquenazi, donde estamos cambiando la manera de cómo se percibe el cáncer cerebral y pensando en nuevos tratamientos, los cuales ahora sí estoy convencida que van a curarlo todo.
Esta es la razón por la cual en unos años quiero convertirme en una médico cirujana que haga investigación, es decir, que también ayude a los pacientes desde el laboratorio, desarrollando proyectos que puedan contribuir a mejorar lo que ya se estableció de los tratamientos. Al mismo tiempo, quiero seguir el ejemplo de mis mentores, quiero donar mi tiempo para hacer cirugías a pacientes que no pueden pagar una cirugía porque el tumor cerebral no solo se presenta en pacientes que tienen millones de dólares.
En retrospectiva, considero que todos los retos a los que me he enfrentado siempre los he tenido que resolver de una manera diferente. Los veo como una escalera, siempre intentando ir un escalón para arriba, ya sean de un centímetro o de tres metros, en mi mente siempre trato de avanzar poco a poco para llegar a ser cada vez mejor.
Soy un Outlier porque mi historia comienza en el Tec y termina cambiando el mundo.