El experto Juan Carlos Villalobos habla de 5 desarrollos tecnológicos que nos mantendrán alertas a lo largo de este periodo.
Por Juan Carlos Villalobos - 29/01/2018

Para un servidor resultaba evidente que el primer tema de 2018 fueran las tendencias tecnológicas para los siguientes meses y quise recopilar 5 que los expertos en estos menesteres han mencionado como las más interesantes.

La primera es un uso más extendido de la cadena de bloques o blockchain, cuyo producto más conocido son las criptomonedas o bitcoins, que son piezas de código computacional que se usan para hacer transacciones financieras. La tecnología de cadena de bloques, de donde se desprende este producto bitcoin es el intercambio y registro de información por diversos usuarios, cada uno es portador de una de las piezas del rompecabezas y los usos son diversos. El ejemplo más usado es el de una hoja de contabilidad pública, donde se pueden realizar transacciones económicas, a la vista de todo mundo y sin necesidad del respaldo o la legitimación de gobiernos o instituciones bancarias.

La segunda es el avance de aplicaciones de inteligencia artificial (AI), una tecnología con la que se ha experimentado de manera obsesiva desde hace 2 años y que se extiende a los servicios de Internet de las cosas, desde los servicios de conexión de los automóviles a sistemas de geolocalización, pasando por los asistentes personales como Siri o Alexa, hasta funciones sofisticadas como los vehículos autónomos. En 2018 se espera que los esfuerzos de la inteligencia artificial se destinen al desarrollo de herramientas de administración empresarial, para hacer las funciones empresariales, consideradas como mecánicas, más eficientes.

La tercera tendencia de la que los expertos hablan es la centralización digital, que no es otra cosa que la búsqueda de optimizar el uso de dispositivos, para que podamos controlar nuestra vida desde uno sólo, en lugar de tener que cargar con teléfono, tablet, smartwatch, fitbit y demás. Esto no suena como un buen negocio para las desarrolladoras de tecnología, sino como buenos deseos de los usuarios.

La cuarta tendencia es la interpretación inteligente de los datos que las plataformas tecnológicas generan de manera masiva, el famoso big data. Hoy como nunca los negocios, los gobiernos y los organismos no gubernamentales tienen acceso a enormes cantidades de datos que les pueden ayudar a tomar mejores decisiones; sin embargo, esos datos todavía aparecen en forma de gráficas que nos ayudan a contar y segmentar usuarios, pero no a entender el comportamiento de los mismos, para ello sigue siendo importante el criterio humano. La interpretación cualitativa de datos es otro de los grandes retos del aprendizaje de las máquinas.

La quinta y última de esta lista arbitraria es: sistemas de privacidad y seguridad para los usuarios, ya que constantemente compartimos información personal y financiera a través de Internet y que damos un salto de fe con cada transacción y con cada acceso a nuestros servicios privados.

Por si esto fuera poco, los gigantes de los medios sociales, Facebook, Instagram y Twitter, viven diariamente el dilema de facilitar plataformas donde la expresión es idealmente libre, pero donde persisten los riesgos respecto al discurso de odio, la suplantación de identidad, el hostigamiento y las noticias falsas.

Sin lugar a duda, la revolución tecnológica en la que estamos inmersos ofrece nuevas posibilidades de interacción y abre la puerta a nuevos sistemas de organización social, política y económica. Es un proceso sumamente interesante y posiblemente no veamos una estabilidad dentro de este fenómeno en 1 o 2 generaciones, así que la sugerencia es respirar profundamente y abrazar el caos. A final de cuentas, lo que vivimos es sin lugar a duda un momento de quiebre en la historia de la humanidad.

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