Protestas de mujeres en Irán: ¿por qué sucedieron y qué puede pasar?

Miguel Elías Lases, profesor especializado en Medio Oriente del Tec de Monterrey, opinó que las manifestaciones de mujeres en Irán no traerán cambios inmediatos, pero pone el tema de las libertades en la agenda global.

“Tenemos que entender que las prácticas y las leyes (en Irán) están muy entrelazadas con las interpretaciones del Corán, entonces, si se piden cambios como tal, estos no van a proceder”, dijo.

“Desafortunadamente, veo un panorama muy retador para el futuro, sin embargo, este suceso definitivamente pone el tema como un asunto de relevancia dentro de la agenda global y el ojo público”.

Las protestas contra el gobierno iraní se detonaron tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, tras ser detenida el 16 de septiembre por “policía de la moral” por portar de forma “inadecuada” su velo o “hijab".

Luego de que la autoridad señalara que la joven kurda falleció por un ataque al corazón, su cuerpo presentaba golpes, causando la indignación de mujeres del país y la condena de organismos internacionales, como las Naciones Unidas.

Un punto clave para el futuro de las mujeres en el Islam

En respuesta a la muerte de Amini, miles de mujeres han salido a la calle sin sus hijabs, quemándolos e incluso cortando su cabello en forma de protesta tanto de forma presencial como a través de redes sociales.

El profesor indicó que la prospectiva para esta situación muestra un panorama en el que si bien se posiciona el tema de las libertades de las mujeres dentro de la agenda global, es altamente posible que esto no culmine en cambios inmediatos.

“Probablemente la comunidad internacional aliente al Estado iraní a cambiar ciertas prácticas e incluso establezca sanciones económicas, sin embargo, no pienso que estas acciones se reflejen en transformaciones de las políticas”, dijo.

“No hay que subestimar el poder y alcance que tienen las plataformas digitales, ya que justamente por esto el gobierno iraní teme que pase algo similar a la Primavera Árabe”, explicó el cónsul honorario del Líbano en Monterrey.

Ciudades de todo Irán como la capital, Ilam, Isfahan, Kermanshah, Mahabad, Saqez, Sanandaj, Sari y Tabriz han estado cubiertas por las manifestaciones de las iraníes.

Como punto central se exige responsabilidad por la muerte de la joven, demandando el fin de la violencia y discriminación contra las mujeres en Irán, empezando por el estricto código de vestimenta.

De acuerdo con los reportes de Naciones Unidas, a pesar de que las protestas se han dado de forma pacífica, estas han sido respondidas con violencia impartida por las fuerzas de seguridad iraníes.

Como resultado, se han reportado muertes de manifestantes durante las protestas mientras que decenas más han resultado heridas y/o detenidas por la policía. Sin embargo, las restricciones gubernamentales han dificultado el reporte de estas cifras.

“No hay que subestimar el poder y alcance que tienen las plataformas digitales, ya que justamente por esto el gobierno iraní teme que pase algo similar a la Primavera Árabe”.

Irán, un país dividido entre la liberación y la tradición

Si bien la muerte de Amini ha causado una nueva ola de protestas sociales que no se han limitado al territorio iraní, el profesor Miguel indica que este panorama ya se ha presentado en el pasado.

El cónsul honorario recuenta que previo a la Revolución Islámica de 1979, el país estaba gobernado por el Sha Mohammad Reza Pahlavi quien se caracterizó por sus reformas destinadas a modernizar y occidentalizar a Irán.

Este nuevo grado de apertura cultural y secularización significó también una serie de cambios para la vida de las mujeres, uno de los más evidentes siendo la prohibición de los velos en público.

Asimismo, como parte de la expansión en los derechos de las mujeres, se animó a las iraníes a asistir a la escuela y buscar activamente una educación.

No obstante, tras esta liberación pro-Occidente, Irán se vio envuelto en una revolución liderada por los conservadores del país que supuso un alto al proceso de apertura.

De acuerdo con el profesor Elías, el fin de lo que se conoce como la Revolución Islámica de 1979 marcó también un punto de reversa para los derechos legales y sociales que las mujeres habían ganado.

“A partir de este punto se vivió el regreso del Irán tradicional y eso llevó a que varias de las libertades que se habían tenido anteriormente fueran de salida”, afirmó.

Como parte de este proceso, se comenzaron a dictar distintos aspectos de la vida de las mujeres, incluyendo sus estudios, cómo deben vestirse y su forma de relacionarse con los hombres.

A lo largo de las siguientes 4 décadas, las iraníes se han manifestado a través de distintos medios y plataformas tanto por sus derechos como por la libertad de elegir.

“Lo más importante y por lo que se ha estado luchando por tanto tiempo hasta el día de hoy es eso, la libertad de escoger aquello con lo que cada mujer se sienta más cómoda”, reflexionó Elías.

“Policía de la moral”, ¿una autoridad solo para las mujeres?

La Gasht-e-Ershad, conocida como la "policía de la moral", es una unidad de las fuerzas policiales de Irán encargada de hacer cumplir las leyes sobre la vestimenta islámica en público. 

“No es una institución nueva, desde la revolución de 1979 ha existido esta figura en Irán y por esto mismo tiene un grado importante de legitimidad en el país”, aclara el cónsul.

Según la normativa, todas las mujeres deben llevar la cabeza cubierta con el hijab y ropa holgada en público.

Si bien la edad exacta no está claramente definida, en las escuelas iraníes las niñas suelen llevar el hijab a partir de los 7 años, aunque esto no significa que tengan que llevarlo necesariamente en lugares públicos.

De acuerdo con Elías, gran parte de la normativa social iraní se basa en la interpretación que hace el Estado de la ley Sharia islámica basada en el Corán.

“El Corán alienta tanto a hombres como mujeres a vestir de una manera modesta, pero ¿qué es modesto? Ahí es donde entra en juego la interpretación y esta no va a ser la misma para todos”, explica el experto. 

En la práctica, Elías reconoce que la "policía de la moral" es un cuerpo cuya autoridad se dirige principalmente hacia las mujeres y cuya presencia ha aumentado en las grandes ciudades con el gobierno actual.

Al no existir directrices claras o detalles sobre qué tipo de ropa se considera inapropiada, el cónsul reafirma que esto deja un margen amplio de interpretación que conlleva a que se detengan arbitrariamente a las mujeres en el país.

“En teoría también pueden detener a hombres por su vestimenta o cabello, pero hay que reconocer que el grado de severidad de las consecuencias que enfrentan a comparación de las mujeres es muy disparejo”, dijo el profesor.

A pesar de esta situación, el experto considera difícil que el gobierno del ultraconservador Ebrahim Raisi elimine por completo a la Gasht-e-Ershad.

Actualmente, el gobierno de Raisi enfrenta problemas como la inflación alta, fuertes sanciones internacionales sobre su economía, una crisis del agua y tensiones regionales, causando un descontento público.

“Entre la opinión pública y la posibilidad de reelección, es prácticamente un hecho que Raisi mantendrá a esta rama de la policía”, reconoce el profesor.

Existe una esperanza para las iraníes

Asimismo, el profesor indica que la percepción del público internacional también juega un rol importante que ya se teme que la situación actual infunda prejuicios acerca del mundo musulmán y esto cree una nueva ola de Islamofobia.

No obstante, el experto recalca que no se trata de una situación sin esperanza, ya que el que puede ejercer más presión sin poner su vida en riesgo.

“Para las iraníes en el extranjero es muy importante mantener viva la conexión con su país de origen y luchar por su bienestar desde donde estén”, añadió.

Del mismo modo, el cónsul alienta a la comunidad a que continúe informándose sobre el movimiento y los avances en este tema para poder mantener la conversación y los esfuerzos vivos.

“Creo que es importante ante todo conocer, hacer lo posible por entender la realidad que viven los países del Medio Oriente y evitar caer en prejuicios que nublen nuestra percepción tanto de la región como del Islam”, concluyó.

Por último, el profesor explicó que está en duda si este caso podría fungir como un detonante para la compasión del Ayatollah y el gobierno iraní.

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