Hacer feliz a un hijo no es tarea fácil, ni para todas las mujeres, pero para aquellas que asumen el reto un día, sin darse cuenta, se transforman en La Mujer Maravilla.
Por Elizabeth Carranza - 10/05/2018

Elizabeth Carranza* I Opinión I Profesora del área de Humanidades del Tec de Monterrey

Esta serie de pensamientos no están dirigidos a la mujer que me dio la vida, en específico o a la figura inmaculada de la Madre, en general. Quise dedicarles unas líneas a las mujeres que me han enseñado, desde sus escenarios muy particulares, las formas de querer, de luchar constante y de curar raspones con besos y mimos.

Me parece que hablando sólo como hija hay mucho que no alcanzo a ver, por eso quiero hablar como alguien que conoce y admira a mamás que hacen de este mundo un lugar lindo. Me di a la tarea de pedirles a mamis de mi vida que me hablaran un poquito sobre sus experiencias con la maternidad. Le pregunté a la investigadora, a la profesora, a la diseñadora, a la directora de cine, a la ama de casa. Todas son mujeres a las que admiro mucho y han vivido el ser mamás desde sus trincheras y en condiciones distintas.

Entendí algunas cosas, aprendí otras:

Día de las madres.

Amar y soltar son cosas muy difíciles

Coinciden en que sus peques -o sus ya no tan peques- son su mundo, en que harían lo que fuera por verlos felices y, justo por eso, en muchas ocasiones tienen que detenerse para dejarlos experimentar, descubrir y conocer, aunque haya tropezones y lágrimas en el camino.

“Uno cree saber lo que es el amor hasta que te das cuenta que amar significa que te da gusto que el otro exista. Significa dejar tus expectativas de lado y prepararle el camino para que pueda crear las propias”.

“Una parte de mí quería meterla a una burbuja para que no le pasara nada, pero sabía que eso no le iba a ayudar a valerse por sí misma, así que con el corazón en la mano y con un miedo terrible fui dejándola descubrir el mundo a su ritmo”.

 

No hay preparación que valga

Sabían que lo que venía era diferente a lo que habían vivido antes así que leyeron libros, estudiaron, preguntaron. Cuando los chamacos llegaron, respondieron a todo lo que les tocó enfrentar con la seguridad de quien lo ha hecho siempre.

“Te conectas con tu bebé por el olor, por oír como llora, por cargarlo y sentirlo. Y no piensas, sólo sabes qué hacer”.

“Sabes que puedes porque hay algo en ti que puede. Mi hijo me hace mamá cada día”.

 

La labor de ser mamá es algo solitaria

Me hablaron de sentirse acompañadas por gente a su alrededor, abrazadas y apoyadas. También me hablaron de momentos en que son ellas contra el mundo porque no queda de otra.

“Este camino de mamá me ha llenado de sorpresas. Unas buenas, unas increíbles, unas que me han apachurrado el alma”.

“La labor que uno hace como mamá es poco glamorosa, definitivamente no saldrás en los diarios por ser la mejor mamá -sí por ser mala mamá, qué terrible-. Es una labor discreta, anónima y llena de amor”.

 

El poder de ser mamá

Una de las cosas que más me gustó saber, es lo fuertes que se han sentido desde que son madres. Lo empoderadas, lo capaces y lo seguras de sí mismas que se sienten al saberse responsables de una vida.

“…me empoderó mucho. Me quitó el miedo y me hizo sentirme conectada con todas las mamás del mundo que han pasado por eso”.

“Ser mamá para mí ha sido un proceso de autoconocimiento y por ende de empoderamiento. Mientras mi hija crece sana y feliz, algo en mí también lo hace. Desde que soy mamá me siento La Mujer Maravilla”.

Día de las madres.

El tiempo se vuelve tangible

El primer diente, la primera caída, ya dijo mamá, ya hizo del baño solita, ya va a la escuela, ya anda en bicicleta, ya tiene novia, ya se graduó…

“Desde que soy mamá, veo el tiempo reflejado en mi pequeña humanita y es mucho más sencillo entender lo rápido que pasa cuando la veo a ella, que un día no camina y al otro ya gatea y 2 meses después ya da pasitos y luego… ¡Bum! Caminando como campeona”.

Me faltan un mundo de cosas por entender y conocer, pero mi postura muy personal de que la maternidad no es para todas, no me evita pensar que estas mujeres son súper heroínas a las que les aprendo todos los días.

Yo también quiero querer así y sentirme fuerte y valorar el tiempo con la gente que amo y enseñar a otros.

                                     ¡Feliz Día de las Madres!    

 

Elizabeth Carranza*

Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Es Especialista de Relaciones Públicas de la Dirección de Relaciones Institucionales de la Vicepresidencia de la Región Occidente. Es Profesora del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de PrepaTec, en el Tecnológico de Monterrey, Campus Guadalajara.

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