Vive extremo es el campamento que conduce a los jóvenes a desarrollar su lado humano. Además de disfrutar de una experiencia enriquecedora junto a personas con discapacidad. Fernanda Cisneros, presidenta de Jóvenes con Valor junto con su equipo se encargaron de organizar esta edición llevada a cabo en el Tecnológico de Monterrey en Saltillo.
Por Andrea González - 26/05/2018

Andrea González | Campus Saltillo

Vive Extremo es el campamento que deja huella en las personas que lo conforman, en su decimo primera edición, el cual brindó a los alumnos una experiencia única junto con personas con discapacidad, los días 21 al 25 de mayo del 2018 en las instalaciones del Tecnológico de Monterrey en Saltillo donde han participado alumnos de diversos campus del Tec, entre los que destacan Monterrey y Saltillo.

Las familias de los niños, jóvenes y adultos son una parte fundamental dentro de esta actividad porque además de saber lo importante que este campamento es para sus hijos, demuestran con acciones y palabras lo agradecidos que están con la institución. Asimismo muchas familias comentaron que han regresado en muchas ocasiones ya que para ellos este campamento es una gran aportación a su hijo.

“Vive Extremo para mi significa un sueño donde mi hijo no es señalado, sino aceptado por todos. Es solamente una semana, pero sé que para mi hijo es la mejor semana del año", comentó Lizeth Ortiz, madre de Sergio.

Por otro lado las familias afirman que el campamento es un encuentro con el aprendizaje, además de ser una experiencia maravillosa donde sus hijos pueden convivir con jóvenes dispuestos a cualquier cosa por ellos y que aunque algunos alumnos no tienen experiencia con alguien con una discapacidad siempre logran sensibilizarse.

“Estoy muy contenta y agradecida porque todos los jóvenes que participan se dan la oportunidad de conocer y estar en contacto con nuestra hija”, aseveró la madre de Priscila.

Durante la vivencia en el campamento se busca encontrar la manera de que cualquier niño pueda desarrollar alguna nueva habilidad, y gracias a esto algunos padres de familia comentan que en efecto sus hijos a lo largo del campamento han evolucionado en distintos aspectos. Algunos padres dicen se desarrollaron en el lenguaje, otros en socializar más fácilmente y otros en el aspecto de cooperación.

Jonathan Ochoa Baldizon pintando

Al finalizar el evento, algunos de los participantes quisieron dejarle un mensaje a todos esas familias que están inseguros de vivir el campamento. Para Adela Cortes los padres no deben quitarles a sus hijos la oportunidad de conocer e integrarse a grupos de jóvenes estudiantes que se interesan en estimular los conocimientos y habilidades de sus hijos.

En cuanto a Lizeth, madre de Sergio Ortiz dice que proyectos como estos ayudan a concientizar a la gente de que jóvenes con discapacidad son personas con sueños y tienen el derecho a un trato digno, pero sobre todo que los padres luchan día a día por lograr verlos sonreír.

Según dice Aracely Baldizon vivir este campamento es admirar, generar respeto y un sentimiento de orgullo a los que participar en él, ya que cada estudiante siempre le ponen su corazón entero.

“Vive extremo es justamente eso vivir al extremo el momento. Muchas gracias al Tecnológico de Monterrey por esta labor tan trascendente”, finalizó Aracely Baldizon, madre de Jonathan.

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