En México el sector agropecuario contribuye con la generación del 10% de los empleos del país.
Por Eduardo Morales - 21/02/2019

Redacción Conecta | Campus Querétaro

De acuerdo con datos de SIAP, en el 2018 México ocupó el onceavo lugar en producción de alimentos a nivel mundial. Este puesto es resultado de tres principales elementos: la tecnología, los recursos naturales y los recursos humanos. 

Los hábitos de consumo de hortalizas de Estados Unidos han impulsado la producción en agricultura protegida para incrementar la calidad de exportación de nuestro país. Estos sistemas han integrado dispositivos tecnológicos que permiten monitorear factores como temperatura, humedad y concentración de gases, y también regular las condiciones ambientales para optimizar el desarrollo de los cultivos. Ahora esta tecnología se complementa con la automatización de prácticas relacionadas con el manejo de plagas y la cosecha. 

A la tecnología se suma la diversidad ecológica del país. Dentro de los 1,964,375 km2de superficie se distribuyen relieves montañosos y climas que generan ambientes favorables para la obtención de frutos y semillas a un bajo costo. En este sentido, el crecimiento poblacional representa un reto para la producción de alimento, pues los recursos naturales disminuyen y es necesario aumentar la eficiencia de producción. Es decir, la sustentabilidad debe considerarse un compromiso profesional de los involucrados en el sector agropecuario y no solo como una tendencia.  

El incremento en la producción de alimentos tiene un impacto directo en la empleabilidad. En México el sector agropecuario contribuye con la generación del 10% de los empleos del país. Estos empleos se asocian con la producción a gran escala, pero también con aquellos emprendedores que obtienen la materia prima del campo y la transforman para ofrecerla directamente al consumidor, reduciendo los intermediarios e incrementando la utilidad. Con las nuevas tendencias en la producción, el sector agropecuario requiere de profesionistas capaces de tomar decisiones para mantener la rentabilidad de la empresa, con altos parámetros de calidad y con un bajo impacto ecológico.

**Texto publicado originalmente en el periódico Diario de Querétaro.

Eduardo Morales es la director de carrera de la Ingeniería en Biosistemas Agroalimentarios del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.

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