En entrevista para CONECTA la reconocida escritora Ethel Krauze nos compartió sus consejos para acercar a los jóvenes a que lean y desarrollen el gusto por la lectura.
Por Miranda Hernández - 27/08/2018

Miranda Hernández | Campus Querétaro

Ethel Krauze, aclamada escritora mexicana, visitará alrededor de 8 campus como parte de su gira. Los alumnos del Tec en Querétaro fueron los primeros en deleitarse con sus palabras.

¿Cómo comenzó tu gusto por la literatura?

“Yo nací en una cuna con libros, mi casa era como una especie de biblioteca. Yo veía a mis padres siempre con un libro, con una pluma, con un cuaderno, de manera que leer y escribir era como comer y lavarse los dientes; ni siquiera te puedo decir que hubo un momento en que me nació el amor, sino que formaban parte de la vida de la casa.

"Yo creo que esa sería la mejor forma de aprender, de manera natural, como parte natural de la vida, eso es lo que yo aconsejo a los padres; si los hijos los ven leer y escribiendo, los hijos van a imitar esa conducta, no hay más secreto”.

¿Qué piensas de la forma en que se enseña literatura, en donde usualmente te piden leas "X" libro y posteriormente un reporte de este?

“Jorge Luis Borges, el gran autor argentino decía cosa que suscribo plenamente: 'Hay dos verbos que no se pueden conjugar en imperativo, que es amar y leer'.

"Tú no puedes decir ama o lee porque por más que te obligue a amar a alguien pues no por eso lo vas a amar, si yo te digo lee pues lo vas a hacer a disgusto por una tarea, pero si tu no quieres es como un castigo o tortura”.

¿Cuál crees que sea la mejor manera para acercarse a la literatura?

“La mejor manera es empezar a escribir un diario, empezar a usar las palabras para uno. Que tú escribas sentimientos, recuerdos, cosas que te pasan, empieces a indagar en eso y luego podrás ir buscando algún libro que hable más o menos del mismo tema y te interese qué dice el otro de algo que tú también piensas y escribes, esa es la forma”.

S: ¿Hay algún libro que haya sido el detonante para que tu gusto por la escritura haya empezado?

“Mira, mi madre nos leía poemas de Federico García Lorca, ese gran poeta español y esos me movían mucho. En “El llanto por Ignacio Sánchez Mejía” habla de un amigo torero que fue, cogió el toro y lo mató, entonces va hablando de cómo el toro lo mató y se quedó la sangre derramada. Yo oía eso a los 6 años y verdaderamente me movía”.

“Más adelante las rimas de Gustavo Adolfo Becker, que le escribía poemas divinos a la mujer que amaba. Yo lloraba porque decía: yo quisiera que a mi algún día me escribieran esas cosas y fueran a mi balcón a decirme esas cosas”.

“Hay una novela de Longo, un autor griego clásico, que se llama “Dafnis y Cloe”, historia de dos muchachos jovencitos, de cómo descubren el amor, no se dan cuenta que están enamorados, nada más sienten cosas raras y finalmente se descubren por la primera vez haciendo el amor.

"Entonces ese descubrimiento de lo que es la emoción en unos jovencitos y bueno, podría yo seguir”.

 

Coméntanos un poco acerca de tu libro: “Cómo acercarse a la poesía”

“Cómo acercarse a la poesía es un libro en donde yo cuento mi vida desde que nací, todo relacionando con lo que yo iba leyendo; es mi historia personal desde que tengo memoria hasta los 33 años, un largo periodo de vida que explica todo esto”.

“Me invitaron de CONACULTA, que iban a hacer una colección de libros “Cómo acercarse a:” y me pidieron que yo escribiera el de “Cómo acercarse a la poesía”, entonces yo me quedé pensando y dije ¿por qué no mejor cuento mi propia vida?, y entonces fue por eso.

"Fue un libro que me encargaron hacer, pero es un libro que he disfrutado y que me ha cambiado la vida de muchas maneras por todo lo que los lectores me han contado de lo que les pasó cuando lo leyeron etc.”

¿Cuáles son tus recomendaciones para las personas que quieren empezar a indagar en la escritura?

“Yo lo que invito es a que cada uno cuente su historia. Nadie puede meterte en la cabeza nada, y tú eres dueño de tu cerebro, pero no solo eres dueño de tu cerebro, también de tu corazón y de tus palabras, entonces es autoconocimiento, autoliberación y autoconstrucción, porque vas cambiando de opinión y sentimientos. Además, tu dejas un testimonio escrito y dejas tu legado”.

¿Qué opinas de los bestsellers? ¿Consideras que es buena lectura?

“No pienso, lo pongo a un lado; prefiero que el lector decida qué es, si te dice cosas, te mueve, si se convierte en algo significativo para ti pues qué maravilla, es excelente. No hagan caso de tonterías que dicen los demás, háganse caso a ustedes”:

“La literatura es una actividad artística, entonces allí tiene que situarse en la relación de intersubjetividad, nadie te puede decir que el helado de chocolate sabe espantoso si a ti te gusta, ni te puede decir que el de vainilla es mejor que el de chocolate.

Ahora, que haya cierto consenso social en donde te diga, esta es una obra literaria de calidad universal y esta es pobre, sí hay no es que no haya cierto consenso que marca pautas, pero estas son muy movibles, cambian y a veces lo que hoy se considera muy bueno después ya no”.

Ethel, expresó una analogía con relación a la selección de obras literarias y la percepción que cambia a través del tiempo, diciendo:

“En Morelos tenemos el tepoznieves, son unos helados artesanales de todo, de mole, de elote, de chilaquil, de ajo, de maracuyá, tuna, etc. Los vas probando y no sabes a cuál irle; la gente descubre que de helados no sabían nada en la vida porque solo habían probado Nutrisa, y ya, entonces eso pasa con la obra literaria,

si tú lees muchas cosas en algún momento vas a poder comparar y decir, esta es mejor que esta, porque vas a leer varias y ahí tú vas a tener puntos de comparación y te vas creando parámetros, pero eso no interviene en tu gusto personal; ese gusto personal se va ajustando y afinando”.

Algunos títulos de la selección de libros por la escritora incluyen a diferentes épocas y autores, entre los que se encuentran:

  • Crimen y castigo, novela de Fiódor Dostoyevski
  • Conocer a una mujer, de Amos Oz
  • Narradoras coreanas contemporáneas, diez relatos de Kim Un-Kyung
  • Por qué leer los clásicos, de Calvino
  • Qué leen los que no leen, de Argüelles
  • Un cuarto propio, de Virginia Woolf
  • Filosofía y poesía, de María Zambrano
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