En el marco del día mundial de la salud mental, especialista explica la regulación emocional y sus efectos en las actitudes de las personas
Por Daryana Montiel | TecSalud - 20/10/2021

Adultos y jóvenes experimentan emociones complejas a través del tiempo. Existen altas y bajas en todo lo que hacemos, porque las experiencias emocionales son dinámicas e influenciables. Por lo que su regulación es importante para ir por la vida sin dificultades para manejarlas.

La regulación emocional es una habilidad que ayuda a manejar las respuestas emocionales.

Por ello, Karen Hutchinson, profesora del programa de Licenciatura en Psicología Clínica y de la Salud, de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, de TecSalud (EMCS), explica la importancia de atraer la atención a la regulación de estas como forma de controlar nuestras respuestas cognitivas.

 

 

Antes que nada… ¿Qué son las emociones?

La Lic. Hutchinson define las emociones como reacciones a eventos (internos y externos) que suceden en el entorno del individuo.

Estas tienden a seguir un patrón complejo que ayuda a brindar información al cuerpo relacionado a la adaptación al ambiente al que se enfrenta una persona. Este patrón comienza con la activación del sistema neuroquímico, fisiológico, cognitivo y conductual.

Por otro lado, explica que los eventos internos se entienden como circunstancias que afectan la parte cognitiva o mental del individuo, en el cual se desarrollan las primeras emociones.

“Las sensaciones son los sentimientos y eventos externos que están conectados con situaciones físicas a las que se expone el paciente. Por eso tenemos acciones a nivel físico como tensión muscular, taquicardia o presión en el pecho”, mencionó la Lic. Hutchinson.

De acuerdo con la licenciada, lo anterior está relacionado con los pensamientos que se asocian al hilo conductual que tiene que ver con cómo actúan o se adaptan las personas a las diferentes situaciones.

 

Karen Hutchinson, profesora del programa de Licenciatura en Psicología Clínica y de la Salud, de la EMCS, Región Monterrey
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Infancia y el aprendizaje del manejo de las emociones

Desde la infancia, los individuos se enfrentan a las primeras interacciones a emociones y ambientes en los que tienen que adaptarse al contexto. Es por lo que aparecen los sistemas neurobiológicos que se unen con la parte fisiológica que formarán las habilidades de regulación de emociones.

Es en esa etapa en la que una persona aprende a identificar lo que está pasando o por qué su cuerpo reacciona de la forma en la que lo hace. Registra entonces, el cerebro las conductas que debe inhibir o que pudieran ser inapropiadas al contexto en el que se encuentra.

“Esto no quiere decir que inhibe o evita una emoción, sino que se aprende si la acción que se quiere hacer en ese momento ayuda a adaptarse al contexto o la dificulta”, señaló.

 

 

Vulnerabilidad emocional vs. regulación emocional

La Lic. Karen menciona que la regulación emocional juega un papel importante en un momento de vulnerabilidad emocional. Gracias a la regulación emocional una persona puede evitar llegar a conductas consecuentes que los puedan poner en riesgo tras haber pasado por alguna situación que los haya llevado a tener estados emocionales intensos.

“La regulación emocional juega un factor importante en el desarrollo, mantenimiento y tratamiento de distintas enfermedades mentales”, aseguró la Lic. Karen.

Al menos 70% de la población global presenta síntomas de vulnerabilidad emocional que repercute en su desarrollo pleno y la predisposición a psicopatologías.

“La regulación emocional es la mejor manera de lograr el bienestar y una mejor salud mental”, agregó.

“La regulación emocional es la mejor manera de lograr el bienestar y una mejor salud mental.” -Karen Hutchinson

 

Ambiente invalidante y vulnerabilidad biológica como origen a la desregulación emocional

Por su parte, la Lic. Hutchinson explica que los ambientes invalidantes son contextos sociales en los que se rechazan las emociones, se castiga la expresión de estas o se enseña que hay emociones buenas y emociones malas, las cuales las personas deben guardar para no causar problemas.

Asimismo, los ambientes invalidantes traen consecuencias para las personas, pues no se aprende a etiquetar las emociones. Lo que resulta en evitar situaciones que le hagan sentir de una forma y buscar rechazar aquellos estados emocionales.

Estas, resultan en encontrar otras formas de comunicar lo que se quiere expresar a través de conductas suicidas, impulsos, abusos de sustancias y conductas alimentarias no saludables.

“Este tipo de pacientes, al enfrentarse con circunstancias particulares, no tienen las habilidades para hacerle frente debido a la falta de habilidades de regulación emocional, por lo que terminan buscando conductas que alivien sus emociones”, señaló.

Por otro lado, la vulnerabilidad biológica se entiende como reactividad emocional en la que se busca tratar de gestionar las emociones, pero son rechazadas por el mismo individuo que cree que ese tipo de conductas no son aceptables en el contexto.

Asimismo, explica que aquellas personas que hayan tenido situaciones cercanas con algún familiar o amigo que tenga este tipo de conductas resultantes de vulnerabilidad emocional, debe de entender que las conductas que está presentando no fueron las primeras conductas impulsivas con las que comenzaron.

Y no es a través del aumento de arranques de reactividad emocional que aumenta la desregulación de la conducta, llegando así a actitudes cada vez más graves.

 

 

¿Qué hacer si alguien cercano se encuentra en una situación similar?

Los psicólogos podrán ayudar al paciente a aprender a tener mayor control sobre sus emociones a través de aprendizajes en los que pueda ir modificando poco a poco sus actitudes frente a ciertas circunstancias.

“La persona necesita sentirse aceptada antes de poder cambiar. Puede que no esté de acuerdo con su comportamiento, pero es necesario darle espacio, puesto que no logra entender las emociones que está sintiendo.”

Para que pueda exigir este cambio, el individuo no debe de sentir que algo está mal con él o ella, sino que necesita tiempo para aprender nuevas respuestas y nuevos comportamientos a los eventos a los que se enfrenta.

“Las personas no son sus comportamientos, ni sus comportamientos son quienes somos. No se den por vencidos, no tengan miedo a pedir ayuda. El silencio no es la salida”, concluyó Karen Hutchinson.

 

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