La termografía ha intentado ser utilizada en el diagnóstico precoz del cáncer de mama, pero las cifras de sensibilidad reportadas para detectar un cáncer temprano varían de 25 a 73 por ciento en diferentes publicaciones científicas, mientras la mamografía digital reporta cifras hasta de 96 por ciento de certeza diagnóstica.
Por Juan López - 30/08/2019

Juan López | Comunicación TecSalud

La FDA (Food & Drug Administration) ha emitido este año una nueva alerta sobre los riesgos que tiene el uso de la termografía como método de detección oportuna para el cáncer de mama.

Para la doctora Magaly Garza, radióloga especialista en imagen mamaria, estos riesgos se dan cuando es utilizada como único método en sustitución de la mamografía y nos explica por qué.

La termografía nació hace más de 50 años y a lo largo de este tiempo no ha demostrado ser mejor como método de escrutinio frente a la mamografía que actualmente ha evolucionado a métodos de mayor resolución como es la Tomosíntesis (mamografía 3D).

 “La termografía es una prueba que usa cámaras térmicas infrarrojas para detectar cambios en la temperatura de la superficie de la piel, que pudiesen reflejar enfermedad subyacente en la mama, tanto patología benigna como maligna”, explica la Directora de Imagen del Centro de Cáncer de Mama del Hospital Zambrano Hellion.

Por otra parte, la mamografía es un estudio que a través de dosis mínimas de radiación permite la visualización interna de la glándula mamaria para detectar el cáncer cuando aún no es palpable.

El tamaño de un cáncer in situ detectado en una mamografía puede ser menor de 4mm.

 

Sobre los riesgos de la termografía

El principio de la termografía es que las células malignas crecen rápido y al crecer el tumor forma nuevos vasos sanguíneos; sin embargo, algunos cánceres tardan años en crecer y en formar estos vasos y pudiesen no ser detectados en etapas tempranas”.

El mayor riesgo es que las mujeres que opten por la termografía para la detección de cáncer como único estudio y que al ser negativo pierdan la oportunidad de detectar un cáncer en la fase más incipiente que existe que es el cáncer in situ, el cual es curable en más de un 95 por ciento de los casos.

Otro punto importante, además de las falsas negativas –resultados falsos- que se reportan hasta en un 25 por ciento, la termografía tiene hasta un 20 por ciento de falsas positivas, que son motivo de estrés innecesario para las pacientes sanas.

Así, mientras la termografía reporta en diferentes publicaciones científicas entre un 25 y 73 por ciento de sensibilidad para detectar un cáncer, la mamografía alcanza un 96 por ciento de certeza diagnóstica.

Densidad mamaria y mamografía 3D

En cuanto a la densidad mamaria, nos comenta que “hay un 30 por ciento de mujeres sanas que tienen una mama densa, como un patrón anatómico normal donde predomina el tejido glandular y el tejido de sostén en vez de la grasa, lo cual puede disminuir la sensibilidad de la mamografía para detectar algunos cánceres”, comenta la doctora Magaly.

Sin embargo, especialmente para estos casos, es que se utiliza la tomosíntesis, también llamada mamografía 3D, que ofrece una certeza diagnóstica mayor que la mamografía en estas pacientes detectando hasta un 40 por ciento, más cánceres como lo demuestra la evidencia científica publicada hasta la fecha.

Por lo anterior, la tomosíntesis fue aprobada desde el 2011 como método de escrutinio en pacientes sanas para la detección temprana de cáncer de mama.

Métodos de detección oportuna para mujeres menores a los 40 años

Por último, cabe mencionar que las estadísticas demuestran a nivel mundial que la incidencia de cáncer de mama aumenta en las mujeres después de los 40 años de edad.

En México y en Latinoamérica su incidencia máxima ocurre en la década entre los 40 y 50 años, mientras en mujeres menores de 40 años, las cifras de incidencia son menores al 13 por ciento, motivo por el cuál no se realizan mamografías en este rango de edad, en las pacientes sanas.

En las pacientes jovenes con mayor riesgo de cáncer de mama se utilizan inicialmente otros métodos diagnósticos como es el ultrasonido y la resonancia magnética de mama que tiene alta sensibilidad dagnóstica. 

“La mamografía implica una mínima dosis de radiación que se evita, cuando el beneficio no es tangible, como es el caso en mujeres menores a 40 años.

Para ellas lo más recomendable siempre es iniciar con ultrasonido que es un método que tiene alto valor diagnóstico y con los avances tecnológicos actuales contamos con transductores de alta resolución con los que podemos ser capaces de encontrar lesiones muy pequeñas, incluso menores de 4 mm, siempre y cuando sea realizado por personal médico altamente calificado”, concluye Magaly Garza.

 

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