David Noel Ramírez compartió emotivas palabras al ser distinguido en el Campus Monterrey por su liderazgo al frente de la Rectoría del Tecnológico de Monterrey
Por David Noel Ramírez - 26/04/2017

“Hoy es un día muy especial en estos 50 años. Querido amigos de la comu­nidad del Tec de Monterrey, este día es distinto y muy especial a los que he vivido en la comunidad del Tec en el Campus Monterrey durante estos 50 años, en los cuales he caminado con muchos seres humanos increíbles y excepcionales, y que siempre he visto en ellos gran apoyo en mi vida personal y profesional.

A partir del 1 de julio iniciaré una nueva etapa en mi vida profesional y personal desde la que seguiré sintiendo al Tec de Monterrey con todo mi cora­zón.

Continuaré en las aulas disfrutando lo que ha sido mi pasión, estar en clase, y continuaré dando conferencias a los papás, a los exalumnos, a todo lo que es la comunidad del Tec para fortalecer esta gran presencia de la Institución a lo largo y ancho de México.

Hoy poseo una gran paz interior, soy un hombre de una gran fe, un hombre que no cree en las coincidencias, sí cree en las disidencias, por ello quiero agra­decer ante todo esta etapa de mi vida en la que he sido inmensamente feliz a Dios.

Yo soy un convencido que siempre en la vida hay que trabajar en equipo, por eso hoy quiero agradecer a todos los amigos y compañeros que durante estos años y en diferentes posiciones me han acompañado como directivo.

Agradecerles a ellos porque efecti­vamente y siempre lo he dicho, el Tec es grande y ha trascendido en la histo­ria del mundo porque es una suma de mentes y corazones que se funden en un amor profundo hacia la Institución.

Deseo agradecer a todos mis cole­gas su gran profesionalismo y su cali­dad humana durante estos 50 años que me han apoyado y brindado su amistad. Gracias por su consejo y su amistad. Sin importar la responsabilidad que tenga o haya tenido, siempre ha sido una ben­dición tener un equipo extraordinario, y lo digo con todo el corazón, lo mejor del Tec es su gente y esos directivos que amamos, igual que los profesores y colaborados, a esta Institución.

Hoy estoy feliz porque está el Campus Monterrey reflejando lo que es el Tec, sin importar las diferentes responsabilida­des que tenemos.

Es tan importante José que vino a entregarme el árbol, porque si no fuera por ellos, la gente de mantenimiento y jardinería, no tuviéramos este Campus tan precioso.

Es tan importante también los que colaboran en todas las oficinas de apoyo y administrativas porque sin ellos no podríamos hacer nada.

Eso es el Tec de Monterrey, esa gran diversidad de carismas y roles que cada uno contribuye para ser del Tec una gran Institución. Por eso agradezco a todo el mundo esta gran colaboración.

Hoy quiero agradecer a mis colegas profesores que hoy me acompañan, cuya vocación por transformar vidas comparto. Con orgullo me siento suma­mente feliz que me digan “El profe”.

Si hay alguna vocación que disfruto y he gozado en mi vida y seguiré gozando es ser profesor del Tec.

A todos los profesores los invito a que sigan trabajando como hasta ahora para transformar la Institución.

Gracias también a quienes son la razón de ser del Tecnológico de Monterrey, a mis queridos estudiantes, sin ustedes el Tec de Monterrey no sería lo que es, ustedes son quienes dan al Tec nuestra razón, nuestra vida.

A ustedes les agradezco mucho el que elijan al Tec de Monterrey y que estén atentos para que efectivamente el Modelo Tec21 logre transformarlos.

El mejor regalo que me pueden hacer ustedes y las siguientes generaciones es que vivan la visión del Tec de Monterrey, un alumno tiene que ser testimonio de la mística de la Institución.

Me voy muy contento porque me ha tocado la gran bendición de tocar más de 23 mil exalumnos en el salón de clases.

Todo lo que hice en el Tec lo pude hacer gracias al apoyo incondicional de mi familia, especialmente de la mejor mentor, de la mejor coach que Dios me dio como regalo: mi esposa Magdalena.

Quiero reiterarles que siempre esta­ré cerca de ustedes por la sencilla razón que nos une el amor y la pasión por el Tec de Monterrey.

Definitivamente ha sido un honor para mí servir al Tec de Monterrey durante estos 50 años, especialmente los últimos siete como Rector. El único deseo que tengo y seguiré teniendo en mi vida es que sigan los éxitos de esta gran Institución. Empiezo esta nueva etapa de mi vida sirviendo al Tec y sir­viendo a este gran país que es México, felicidades a todos”.

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