Brinda emotivas interpretaciones en Orquesta Sinfónica

El violoncello ha acompañada a Andrea Navarro gran parte de su vida.

Durante su paso por la Orquesta Sinfónica del Tec de Monterrey, su instrumento y ella fueron parte de un gran número de conciertos.

Ahora que está graduada de la carrera de Ingeniero en Producción Musical Digital, la joven de 23 años considera  lo mucho que aprendió en los escenarios de Arte y Cultura.

“Fue lo mejor de mi carrera, realmente crecí muchísimo como persona y como músico y complementó mis estudios de una manera increíble”, manifestó la originaria de Pachuca, Hidalgo. 

Gracias a su magistral interpretación del cello, también fue parte de eventos de gran tradición  en el Tec, como la entrega del Premio Eugenio Garza Sada o las graduaciones en el campus Monterrey que se realizan casa semestre.

La orquesta: su segunda carrera

Desde que era alumna de PrepaTec Andrea se sumó a la Orquesta, destacando continuamente.

Su paso por el Tec fue arduo ya que además de estudiar y ensayar para la orquesta, estudiaba la Licenciatura en Violoncello en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey (ESMDM). 

Por esta razón sus días comenzaban de las 7:00 horas y podían terminar hasta la noche, después de los ensayos.

“A veces eran días de 6 de la mañana a 11 y media de la noche, y mi mamá siempre estuvo ahí. Por ella logré muchas cosas”, recordó.

Esta disciplina la permitió tener un papel destacado en la orquesta, mencionó su maestro Roberto Hernández.

“Andrea es una estudiante excepcional que ha asumido retos artísticos de gran relevancia desde que inició su camino en PrepaTec”, manifestó el director de la Orquesta Sinfónica del Tec. 

“Como Cellista, con ocho años de trayectoria en la Sinfónica Tec, recorrió todos los ámbitos posibles llegando a ser solista principal de su sección y líder indiscutible de todo el ensamble”, agregó.

Uno de sus grandes logros fue la producción musical de un concierto de la sección de maderas de la Orquesta Sinfónica, apuntó Hernández.

Para Andrea, el máximo aprendizaje que tuvo en Arte y Cultura fue el poder trabajar en equipo y reconocer que todos son parte vital de un grupo.  

“Valorar el esfuerzo de los demás, aprender a trabajar en conjunto, aprender a valorar todas las oportunidades que te da en la vida.

“Aprender que todos estamos por algo, que tus compañeros tienen unas habilidades increíbles, que todos somos importantes para un bien común”, indicó.

Durante sus estudios realizó un internship en la empresa DHD Estudios, que hace postproducción de cine donde trabajó en proyectos para Cinépolis, Amazon Video y Netflix.

Con la orquesta tuvo la oportunidad de tocar junto al Mariachi Vargas de Tecalitlán, otros grupos como El Gran Silencio y artistas reconocidos de Monterrey.

Actualmente Andrea trabaja en John Marshal Media, una editorial de audio libros y se preparará en negocios dentro de EGADE Business School, todo sin dejar de lado la música.

“Siempre busco trabajar en algo en lo que pueda complementar con mi instrumento”, especificó.

Andrea agradeció su paso por el Tec a su papá, sus abuelos y especialmente a su mamá, quien siempre se mantuvo cerca de ella.

“De llevarme café todas las noches, o cuando todavía no manejaba me llevaba a todos lados, a los ensayos, estoy muy agradecida con mi mamá”.

Roberto Hernández señaló que Andrea está lista para dedicar a la música de manera profesional.

“La virtud de la curiosidad, del aprendizaje de todo y de todos le ha permitido convertirse en una artista con mucha madurez y experiencia a su temprana edad.

“Ahora que inicias el camino como profesional tendrás la maravillosa oportunidad de convertir tu gran pasión, la música, en tu modo de vivir y de ver la vida. Sin duda recibirás la gran retribución de la felicidad plena y tu vida será un hermoso paisaje sonoro”, manifestó.

Andrea es un ejemplo de que la música y los estudios de profesional son un complemento que permiten al estudiante sobresalir y ser ejemplo para los demás.

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