Cientos de estudiantes del Tec de Monterrey en Laguna han brindado cursos de verano para niños y niñas con discapacidad durante cinco lustros. Te compartimos su historia.
Por LUIS DANIEL SOTELO | CAMPUS LAGUNA - 02/04/2020

Con colaboración de Luis Gerardo Téllez

“¿Por qué no hacemos algo para niños con discapacidad que no tienen dinero para pagar un curso de verano?”

El profesor Luis Alberto Vázquez aún recuerda cuando su hija Claudia le planteó la pregunta durante la cena de navidad.

“Nos vibró la cabeza y dijimos, ¡vamos a hacerlo!”.

Así es como nació la idea de crear SuperCompuCampo, un curso de verano sin costo alguno para niñas y niños con discapacidad que se realizaría en las instalaciones del Tecnológico de Monterrey campus Laguna.

Durante 25 años varias generaciones de estudiantes se han encargado de reunir recursos, convocar a asociaciones civiles y divertir a miles de infantes laguneros durante dos semanas del verano y una posada en diciembre.

La historia del ahora grupo estudiantil ha tocado a miles de jóvenes que han realizado sus estudios profesionales en el Tec y a cientos de familias laguneras que han participado en esta inclusiva fiesta.

 

COMPUCAMPO

En 1995 nació la primera edición de “CompuCampo”, un curso de verano en el que se daban clases deportivas, artísticas y de computación a niñas y niños laguneros.

El entonces director de Asuntos Estudiantiles (DAE), Luis Alberto Vázquez; recuerda que el proyecto se derivó para aprovechar las instalaciones deportivas y culturales del campus.

“Estaba la alberca, el auditorio, todas las canchas, entonces se nos ocurrió crear el CompuCampo. Empezaba a las 8:30 de la mañana y terminaba a las 5 de la tarde. Todo esto tenía un costo considerable, pero eso nos dejaba utilidades que se enfocaban al equipo de futbol americano”, recordó.

Y es que, en ese entonces, el equipo de futbol americano participaba en Liga Mayor, junto a los 10 más grandes del país.

“Los mismos jugadores de americano colaboraban con nosotros de manera directa. Llegamos a tener 480 niñas y niños en el curso”, detalló.

Los instructores, eran alumnos que formaban parte de los equipos representativos de alguna disciplina cultural o deportiva y que contaban con alguna beca. El modelo de negocio permitía que se les pagara por su trabajo.

“Cada 10 niños teníamos un guía, les pagábamos y muchos con eso se ayudaban para pagar sus inscripciones a la universidad”, explicó.

“CompuCampo” duró poco menos de 10 años, pero al año de la realización de su primera edición, se decidió elevar su nombre a “SuperCompuCampo” y realizar así un curso adicional que pudiera atender a menores con discapacidad.

 

SUPERCOMPUCAMPO

La conversación de una cena navideña fue lo que desató el grupo estudiantil que en 2020 cumple 25 años de trabajo por la infancia lagunera.

Claudia, la hija del profesor Luis Alberto Vázquez consideraba que el CompuCampo debía impactar a niñas y niños que no tuvieran la posibilidad de pagar por un curso de verano, menores que además contaran con alguna discapacidad y es que ella misma había sido guía.

El profesor Vázquez sólo espero a regresar de las vacaciones de diciembre para presentar la idea ante los directivos del Tec.

“Se apuntaron 100 personas de inmediato, fue un entusiasmo muy grande y obviamente el consejero fundador, Mario Díaz Flores, muy cercano a DAE, y Sergio Martínez, director del campus, dijeron que sí”, recordó.

“La condición era que no íbamos a cobrar un solo centavo, ni íbamos a pagar un solo centavo”, agregó.

El trabajo fue capacitar a los estudiantes en la atención de niños con alguna discapacidad y permitir el acceso de los maestros de las diferentes organizaciones que confiaron en el proyecto.

Las primeras asociaciones en acercar a sus pacientes al SuperCompuCampo fueron Fundación Down de La Laguna A.C., el Centro de Autismo, Centro de Audición y Lenguaje, los Centros de Atención Especial.

“Hay alumnos de aquel entonces que aprendieron el lenguaje de señas, nos dieron clases de cómo tratar a un niño autista, un niño con síndrome de down”, afirmó el profesor Vázquez.

Con poco más de 200 niñas y niños, arrancó la primera edición en 1996 con cursos de natación, computación, artes plásticas, deportes, teatro, canto y música.

El primer esfuerzo contó con el apoyo del DIF Torreón quien ayudaba con la transportación de los menores, así como fruterías del Mercado Alianza y empresas como Lala para ayudar con la alimentación de los menores.

Los mismos proveedores de uniformes del área de deportes del Tec regalaron las primeras playeras a los participantes.

“Los chavos se comieron la idea y la han llevado a cabo”, señaló Luis Alberto Vázquez, quien destacó la formación del SuperCompuCampo como un grupo estudiantil del campus Laguna.

 

NIÑAS Y NIÑOS FORMANDO A LOS ESTUDIANTES DEL TEC

Durante siete años, mientras ha cursado sus estudios en PrepaTec y de Negocios Internacionales en Profesional, Farid Guzmán Ríos, ha formado parte del SuperCompuCampo.

“Cambió mi vida totalmente, formó la persona que soy, los valores y la mentalidad que tengo de servir a la gente, de tener empatía y buscar una inclusión social efectiva dentro de nuestra comunidad”, afirmó.

Farid, quien fue presidente del grupo durante dos años y medio, no deja de sorprenderse, “es increíble ver como mis niños de mi primer y segundo curso de verano seguían recordándome después de casi cinco o seis ediciones. Verlos crecer es lo que más me genera felicidad”.

La EXATEC Cassandra Elizabeth Medina Hernández, quien estudió Innovación y Dirección de Negocios, recuerda haber sido integrante de la mesa directiva y encargada del equipo de cocina.

“Es una experiencia enriquecedora, completa y convivir con los niños es lo mejor. Desarrollas habilidades que te pueden servir en tu vida laboral o incluso personal como resolución de problemas, liderazgo, responsabilidad, organización, inclusión entre muchos otros”, detalló.

Por su parte, Paulina Mendoza, estudiante de Negocios Internacionales y quien ha coordinado la clase de baile de los niños, aseguró que el momento que más recuerda es el de su primer verano como instructora.

“Ser parte de este grupo estudiantil es sin duda alguna de lo mejor que he vivido en el Tec, me ayudo a trabajar en la paciencia y empatía”, afirmó.

 

25 AÑOS DESPUÉS

Si bien la contingencia que se vive en Mexico por el Covid-19 ha detenido la realización del curso de verano de este año, se espera poder mantener las actividades para diciembre.

“El verano iba a durar dos semanas con clases de taekwondo, pintura, canto, teatro y lo de siempre. Este sería el primer verano que no habrá SuperCompuCampo”, afirmó Ana Michelle Sandoval, presidenta actual del SuperCompuCampo.

La presidenta más joven que ha tenido el grupo estudiantil con tan solo 16 años, aseguró que el organismo sigue integrado por 100 estudiantes de PrepaTec y Profesional quienes mantienen el mismo entusiasmo por trabajar por los niños.

“La misión es ayudar, ahora queremos crecer y ayudar también a los papás con pláticas y capacitaciones. El SuperCompuCampo es un grupo que deja huella en los niños y a los guías nos permite ser más empáticos”, finalizó.

 

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