La estudiante Rebeca Domínguez expone la importancia de tomar en cuenta las emociones de los usuarios como herramientas para el diseño de espacios óptimos
Por Wendy Gutiérrez |Campus Estado de México - 15/07/2020

Rebeca Domínguez, estudiante de arquitectura del Tec en campus Estado de México, realizó un proyecto de investigación, resultado del resguardo por la pandemia, en el que plantea la posibilidad de respirar aún en periodos prolongados de encierro.

De acuerdo con Rebeca, el 2020 ha sido un año de profundos retos para el mundo. En México, el COVID-19 se hizo notar de diversas formas, la principal, a través del encierro, que al día de hoy es de casi medio año.

La estudiante menciona que el aislamiento permitió observar problemas que se encontraban ocultos en una cotidianeidad, por ejemplo, la importancia de la salud mental.

"En un país donde las noticias diarias son malas, la funcionalidad de los ciudadanos se ve afectada trayendo consigo trastornos emocionales". —Rebeca Domínguez

A raíz de pláticas con conocidos, sobre las crisis durante la cuarentena, y que cada persona la ha vivido de forma distinta, es que se percató de la importancia del diseño de espacios. 

Rebeca cuenta que como parte de un proyecto académico, para la materia Teorías Urbanas, debía realizar un protocolo de investigación que permitiera resignificar una teoría para la ciudad. 

Es aquí en donde surge la idea de la importancia de considerar las emociones de los usuarios como herramientas para el diseño de espacios óptimos.

Explica que en términos arquitectónicos -normatividad para la habitabilidad de espacios interiores- se hicieron notorias las reglas básicas, es decir, contar con espacios bien iluminados, ventilados y con suficientes dimensiones para poder ser vividos. 

"Hoy se valoran elementos que anteriormente eran considerados como adiciones, y que elevaban los precios; los balcones, las ventanas amplias, una vista al exterior; se han convertido en sinónimos de libertad y estado mental", enfatizó.

 

Estudiante ve en “emociones” al nuevo protagonista de la arquitectura

 

Rebeca plantea a las emociones como un nuevo protagonista, ampliando la visión de una nueva teoría sobre la ciudad, dando importancia al bienestar mental, propiciando el óptimo desarrollo de cada individuo.

"Las emociones comienzan a tener un papel principal para el diseño, como herramienta que facilita la disposición de un espacio, resaltando una nueva forma de vivir la ciudad, es decir desde las ventanas y balcones", explicó.

Menciona que la importancia de esto, es que una persona equilibrada mentalmente es capaz de mantener relaciones sanas, enfrentar los cambios cotidianos, estar físicamente saludable, contribuir y ser parte de una sociedad, trabajar de forma productiva y alcanzar su máximo potencial.

De acuerdo con Rebeca, el desafío actual trajo consigo síntomas psicológicos que hacen del encierro un verdadero calvario, los más comunes, según un estudio de la facultad de psicología de la Universidad de Buenos Aires son: miedo, frustración, enojo, desorganización, tristeza, soledad y ansiedad.

"La Ciudad de México se encuentra viva desde sus balcones y sus ventanales, desde las redes sociales, los muros y símbolos, en sus hospitales, en sus escuelas en línea, en sus campos y en un sin fin de lugares que habían sido opacados por una ciudad centralizada, hoy salen a la luz a través de medios inimaginables” , dijo.

 

Estudiante ve en “emociones” al nuevo protagonista de la arquitectura

 

Rebeca señala que la cuarentena se vive diferente según la zona habitacional, por ejemplo en una zona más urbana existe una mayor densidad que modifica el alcance visual y las panorámicas del paisaje urbano.

 

El balcón

"El balcón muchas veces no es tomado en cuenta por el arquitecto, o se toma en cuenta como un espacio puramente estético que elevará la plusvalía del mismo departamento, pero hoy por hoy, vemos la importancia de esa pequeña extensión", puntualizó.

Para ella este espacio se ha convertido en un lugar de liberación ante el encierro, un espacio único de relajación personal. 

Por la mañana puede ser el espacio de meditación y ejercicio, por la tarde es el espacio de juego para los más chicos que no pueden salir, por la noche se convierte en un espacio de convivencia vecinal, para liberar la ansiedad colectiva con cantos, aplausos y/o movimientos.

Desde su perspectiva las diferentes muestras de comunidad y hermandad se han vivido desde un espacio tan simple como el balcón que debe ser considerado como un área esencial en cualquier vivienda vertical.

Rebeca menciona que tomar las emociones como hechos principales en el diseño no solo de espacios sino a nivel urbano, puede abrir paso a nuevas soluciones sociales. 

"Si el arquitecto logra incorporar el análisis emocional en su estrategia de diseño, se podrá mejorar la centralización de violencia y tráfico a nivel urbano. Estas reflexiones abren la posibilidad de analizar la ciudad desde una perspectiva diferente.

Esto permite adentrarse en nuevas estrategias de diseño que garanticen la explotación del potencial del usuario mediante el análisis emocional", expresó. 

 

Estudiante ve en “emociones” al nuevo protagonista de la arquitectura

 

El Tecnológico de Monterrey le ha permitido ver las diferentes caras de la sociedad, la ha vuelto más humana y consciente del mundo en el que vive, además de promover su compromiso con la sociedad, para que desde su lugar pueda ayudar a mejorar.

Trabajó mano a mano con la profesora de Teorías Urbanas; La arquitecta Marisol Ugalde, quien estuvo en todo el proyecto acompañándola, dándole retroalimentación y recomendándole teóricos especializados en temas sociales.

“Los profesores impulsamos a los alumnos a encontrar maneras diferentes de aprender. Investigar, es una forma importante de desarrollar el pensamiento crítico

Es la base para la generación de conocimiento. Y, como lo comentamos en el curso, estas primeras exploraciones, pueden ser la base para que conozcan sus áreas de interés y continúen estudios de posgrado”, mencionó Marisol. 

También colaboró con la Psicoterapeuta Lourdes Domínguez, egresada de la Ibero, quien la asesoró y guió sobre las emociones y su relevancia en la vida diaria. Y por último familiares y amigos de la Ciudad de México que contribuyeron con sus testimonios y le permitieron conocer sus experiencias y retos en la cuarentena. 

“Sumado a lo anterior mis profesores han sido impulsores de mi capacidad para expresar mis opiniones libremente, este proyecto para mí fue una liberación y un enfoque nuevo ante el reto que vivíamos como lo es este confinamiento. 

Me dan la seguridad de ser escuchada y tomada en cuenta, y por supuesto me impulsa a que no se quede solo ahí”, concluyó.

 

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